Estoy solo. En las zonas más altas de la montaña no hay nadie, aunque no pienso en ello. Mi mente circula por zonas de mi alma que no conocía. Creo que es por esto por lo que siempre queremos volver a estas cotas inhumanas.

(Iñaki Ochoa de Olza)

domingo, 28 de febrero de 2010

PEÑA OROEL 01-MM-10, 1.769 m.

"En una cueva situada en las laderas de Peña Oroel, habitaba un dragón que tenía atemorizado a todo el valle. Un día un Caballero jacetano que se encontra apresado por defender a las brujas de la zona, propuso su liberación a cambio de fulminar al dragón. Este Caballero no era tonto y gracias a la amistad con las brujas, sabía que los dragones tenían un secreto: eran capaces de hipnotizar a sus victimas con la mirada.
Así pues, haciendo uso de sus conocimientos e inteligencia, pulió su escudo hasta convertirlo en un espejo y se dispuso a visitar la cueva del dragón, cuando este estuviera dormido. Al despertar el dragón se vió reflejado en el escudo y cayó hipnotizado por su propia mirada, momento que el caballero aprovechó para clavar su espada en su corazón y acabar con él, quedando así libre de su condena".
Eloy subido en mi chepa

Al principio parecía dócil, se ha hecho la buena. Pero al poco ha empezado a sacudirsenos de encima. Se ve, que no le apetecia demasiado cargar con dos montañeras y un...un...bueno, con Eloy, después de la ciclogénesis explosiva de anoche.  Así que le hemos tenido que clavar un poquillo los crampones para que se estuviera quieta y nos dejase hacer lo que habiamos ido a hacer ahí.
Sin embargo, Eloy no ha podido salirse con la suya, a la 4ª vez que ha dicho lo de.."QUIERO IR A LA CUEVA DEL DRAGOONNNNN!!!!" un abeto, de un ramazo, lo ha colocado justo encima del tobogán de hielo que dibujaba el sendero y de ahí, directo al maletero del coche que estaba en el aparcamiento.
Mucho mejor en el maletero, ¡andevaparar! Pues ya nos veíamos Maite y yo dando vueltas por toda la Peña para buscar el escudo del caballero. Del collado de las Neveras a la Ermita de la Virgen de la Cueva, de la ermita a San Juan de la Peña, de ahí a la cruz, de la cruz al parador y del parador al vértice geodésico.  ¡Anda ya! Cuando en realidad, lo que buscabamos las dos era el caballero en sí. Un buen mozo alto, moreno, con su capa amarilla bordada en oro.
Así, con esa idea y después de cramponear a nuestra montaña hasta dejarla exhausta, hemos llegado al collado de las Neveras. Ahí se nos ha vuelto más cariñosa y sumisa. Tanto que, constantemente se empeñaba en darnos abrazos. engullendonos en sus nieves blanditas, blanditas y mojadas. Despues de dos pares de miradas de mal genio y un mecagüentó! de Maite, que le había entrado nieve en las botas, hemos divisado la cruz que caracteriza su cima. Pero del caballero ni flowers. Así que, hemos "Cimao" con besos y enhorabuenas pero sin maromo y sin alcohol para celebrarlo, pues el pacharán se nos quedó en el maletero del coche. Ughs! ELOOOYYYYY!!!!!!

1 comentario:

  1. Oye, hemos "cimao", pero bien..
    Lo de la nieve en las botas sabes que es culpa del Decathlon, que no tenía una miserable polaina en stock.

    ResponderEliminar